Un padre que es mejor olvidar
Allí se levantó porque ya era la hora de estar levantada y tenía sed.
En el norte de la choza había unas calabazas colgadas como cantimploras. Allí bebió un poco de té frío a sorbitos muy pequeños, de la suya.
En casa de la abuela, el hombre machacador de chufas se comportaba con respeto. Pero a ella seguía sin gustarle, y por mucho que se esforzara en sonreír no podría reemplazar a su propio padre.
Pero Mamá, recordaba despectivamente a Papá.
Decía Mamá que aquel hombre había sido un vago y un sinvergüenza, además de un cobarde. Que un día consiguió no sé qué armas, y se juntó con otros tan envidiosos, tan ambiciosos, cobardes y borrachos como él. Y desapareció con aquellos bandoleros cerca de la foresta fronteriza, a atemorizar, y a robar a pobre gente indefensa como la propia familia que dejaba atrás. A su madre no le daba vergüenza reconocer cómo se había equivocado con aquel indeseable. Pero ella era la hija.
Allí estaba mareada.
En la cantimplora de su hermano pequeño había seguramente horchata.
Allí cayó en la tentación de echarle sólo un sorbito. Estaba riquísimo. Luego otro, muy pequeño. Y ya no quiso beber más. Pensó que la abuela podía darse cuenta si ella se lo bebía todo. Luego también pensó que su hermanito pequeño era muy propenso a tener lombrices porque estaba siempre cogiendo todas las cosas que encontraba por el suelo. Y así ya se le quitaron las ganas.
Mamá había vivido escondiendo su miedo mucho tiempo. Eso fue lo que Mamá le dijo a la abuela. Temiendo posibles represalias derivadas de las maldades que aquel hombre iba haciendo por doquier ¿Quién le decía a ella que los demás no pensaban que ella era igual que el marido? Mamá era miedosa. Allí la recordaba miedosa siempre. Hasta que apareció el pretendiente y todos sus hijos empezaron a hacerle preguntas, y ella desahogó su corazón. Luego nació su hermano pequeño. La niña estaba segura de que ese hermanito era hijo del horchatero. No sería pecado quitarle un poquito de horchata de su cantimplora, antes de que esta se pusiera ácida.
Además, seguro que Mamá a la vuelta del mercado, vendría con horchata fresca.
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