No le preguntes la hora al tiempo










 No le preguntes la hora al tiempo
sólo fíjate cómo las nubes pasan
como el cielo es azul
azul cada segundo
y baila
baila en una décima de un todo
para ser siempre distinto:
la gran nube
 diferente
y el tiempo infinito.

  No le preguntes
 la hora a nadie
sólo escucha y aprende
que actuar y esperar es
siempre lo mismo, sólo escucha
y oirás
 los mil sonidos ignorados
aún estando a baja mar
o arriba.
Y en el aire, entre los árboles del bosque
 siempre omitidos, siempre ahí,
ahí encuentran el gozo los sentidos
de quien se entretiene
porque jamás espera.

Ni mañana ni hoy,
no se lo preguntes nunca
y menos de noche
y menos si hace calor
o tienes frío .
Es como una broma
el tiempo insondable.

¿Quién quiere esperar su hora
quién quiere aguardar jamás
ni lo que es certeza
ni lo que jamás llega?
Nadie espera,
huimos todos siempre que podemos.
Nadie espera
ni espera siquiera
lo bueno por venir.
Solo se tolera 
cuando es irremediable y es incluso
un suplicio.

Si puedo no esperar.
Si todo sucediera más rápido...





  Quiero conocer a quien en la espera
sintió alguna vez deleite,
a quien se hizo de hielo y le hizo frente
a toda clase de dicha venidera.

Quiero que se presente aquí
y me lo confiese,
si fue feliz después,
si mereció la pena
o acaso con solo acordarse de la espera
del suplicio vivido
 de haberlo esperado
de haberlo sabido
 de todo en vacío
y de desesperado  lleno,
con el miedo en los pies
el calor en la cabeza
y el frío en la frente,
se calla.
Y no dice nada.
Y se sintió así también
como un niño engañado
como el mayor imbécil
sobre la tierra, aquí.


En esta parada por ejemplo,
esperando el autobús fantasma
¿Qué pasó?
¿Lo perdí?
Que hoy viene lleno y no llega
Que esta mañana volando se esfumó, 
ni me vio aquí esperando siquiera
y yo ciega en mi espera
ni lo vi.

   No, no le preguntes
la hora al tiempo.
Es una broma,
 y el tiempo cuando se hace de rogar
con todos sus segundos
y sus horas...
es un ente físico e inmundo,
un ente insoportable.

La gente paga por no esperar cuando puede.
Y yo que soy pobre espero como nadie.
 El tiempo nos engulle
y todo el mundo lo sabe.
Recemos, recemos....
Para que en nuestra agonía El Tiempo
pase ligero.

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