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Canto de San Efrén de Siria a la NATIVIDAD

A tu madre, Señor nuestro, nadie sabe cómo llamarla; que si uno la llama  virgen , ahí está su hijo; y si  casada , ningún hombre ha conocido. Si hasta tu madre es inabarcable, ¿quién podrá abarcarte a Ti? Madre tuya, en efecto, lo es sólo ella, pero es hermana tuya, junto con todos. Ella es tu madre, y tu hermana. También es tu esposa, igual que las mujeres castas. Con toda clase de adornos las has embellecido, ¡Tú, Belleza de tu madre! Ella estaba desposada según la naturaleza, antes de que vinieses. Y quedó encinta, al margen de la naturaleza, cuando viniste, ¡oh, Santo! Y era virgen cuando te daba santamente a luz. Contigo adquirió María toas las propiedades de las mujeres casadas: el niño en su seno, sin unión carnal; la leche en sus pechos, de una manera insólita. A la tierra sedienta la hiciste de pronto una fuente de leche. Si ella pudo llevarte, es que tu montaña inmensa aligeró su peso; si pudo darte de comer, es porque Tú quisiste tener hambre; si pudo darte...

Pensando una conocida frase de Mahama Gandi.

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¿Y cuando los pensamientos ni siquiera tienen el valor de hacerse palabras, y actuamos sin hablar, y pueden más nuestros hábitos que nuestros actos, y nuestros hábitos dan lugar sólo a seres sin carácter ninguno? ¿Es significante nuestro destino? ¿Podemos llamar vida a esto? Vida hay os lo aseguro; pero parece como si fuera de uno mismo ya no tuviera significado ninguno. Destino, no sé, quizá el del espíritu fuera del cuerpo.
I deas, ideas,  ideas muchas  hasta encontrar la idea que funciona; entonces sería una maravilla sólo con que funcionara  una.

Sólo en tu presencia.

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Copy of zapato de cristal

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EL JARDINERO URBANO: Passiflora, Flor de la Pasión, Pasionaria "Victori...

EL JARDINERO URBANO: Passiflora, Flor de la Pasión, Pasionaria "Victori... : En tiempo de Pasión aprovecho para comentar esta trepadora americana en la que los misioneros españoles vieron  en la flor, los símbolos de...
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   Oh Dios si tu cuidas a los pajaritos del campo, cuídame a mí. Si tú vistes a ese pajarito bonito, gordito, cuídame a mí Que no enflaquezca Señor, que no enflaquezca, que no se desluzcan mis      colorcitos bonitos. Cuídame, Cuídame. ¡Dios mío, mío, mío, mío! Pío, pío. AMÉN